Dos años...

Alguna vez me enviaste un mail diciéndome que te había dado mucho gusto verme, que era bueno de vez en cuando ponerle una cara de carne y hueso a esa persona con la que hablas todos los días pero que no puedes ver. Y es cierto, a veces cuando pienso en ti, tu cara aparece de vez en cuando, pero casi siempre pienso en la sonrisa de tu sobrina, en filósofo de los pitufos y en los círculos de colores que te representaban en los últimos días... círculos que después encontré en wikipedia y que fueron la causa de... tú ya sabes. En esos tiempos yo era el hada verde de Absinth o la señorita cometa. ¿Qué serías ahora si no te hubieras ido?
El otro día conocí a mucha gente de la que me platicabas, es gracioso como puedo saber un poco de su historia sin que ellos se den cuenta. Y es que, en una relación cibernética es válido, porque eso era lo que teníamos, podíamos hablar de cualquiera cosa y de cualquiera, porque al fin y al cabo vivíamos en ciudades diferentes, y a diferencia de otras personas, nosotro no convivíamos, ni convimimos rutinariamente. Los recuerdos que tengo de estar cara a cara contigo son pocos, y por eso mismo los atesoro celosamente en mi atrofiada memoria... la vez que me invitaste al cine y te quedaste dormido, la plática que tuvimos sentados en una nube, cómo te reías de mi borrachez, la mañana que vimos the tenenbaums tres veces seguidas, el loco viaje a Guadalajara.
También te pienso cuando voy al DF, sé que amabas tu mugrosa ciudad loca e irracionalmente, y siento que queda un poco de ti en mis recuerdos siempre que regreso a aquellos lugares en los que estuvimos juntos.
Hoy en la mañana pasé frente a una iglesia y vi un ataúd rodeado de adolescentes, después de dos años, por fin pude llorar.
A veces pienso en la última vez que hablamos, te dije: Mañana te conectas y me dices que se siente... y al final nada...Qué tonta ¿no?