En esta época donde todo es digital, y no podemos separanos de nuestros gadgets, es bueno tomar en cuenta a tres artistas fotógrafos -mis favoritos- que con sólo una camarita y un gran concepto hicieron obras magníficas. Están aqui para recordarnos que nosotros nunca encontraremos el hilo negro, porque ellos ya lo hicieron.
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El primerito es el buen Man Ray -Emmanuel Radnitzky-, unos de los precursores del dadá, no sólo fue fotógrafo si no también pintor, escultor y cineasta. Sus obras fotográficas se caracterizan por ser intensas, las reinas del drama quueenismo de esa época -si es que algo así existe- las más características son sus collages y los retratos solarizados.
Al igual que Man Ray, Duane Michals, rechazó la educación formal como fotógrafo, éste autodidacta estadounidense es el rey de la fotografía filosófica y conceptual. Su trabajo, por lo general, se conforma por series que van contando una historia, o en su defecto, contienen manuscritos que refuerzan su significado.
Wulz Wanda era una chica italiana hija de familia con tradición fotográfica, aunque ahora es mejor conocida como la autora de Io+Gatto, un autorretrato nombrado como uno de los mejores exponenetes de la fotografía futuristica, movimiento en el que participó hasta 1930 cuando se dedicó por completo a la fotografía comercial.
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