quarta-feira, janeiro 10, 2007

nunca más... (otra vez)

Al principio no había nada, después, un círculo, uno dividido por una línea, su diámetro, en uno de los extremos estaba ella, en el otro estaba él, en este lugar no existe nada más, el espacio era tan pequeño entre los dos que ella sentía su respiración soplando su fleco. No hablaban, no entendían por qué estaban ahí, lo único certero que tenían eran las conclusiones que sacaban después de las largas exploraciones visuales que cada uno hacía de su opuesto, una mirada, una sonrisa, no se tenían más que el uno a la otra. El círculo creció, ahora había espacio para sentirse más, para estudiarse, eran felices. Esos eran los días en los que no notaban que la distancia que los dividía era la medida del tiempo, mientras más pasara, más grande se hacía, pero no había forma de que él se acercara a ella o viceversa, siempre estarían en el polo opuesto, tampoco podían atravesar por el centro pues en él se abría un abismo que no llevaba a ningún lado. Para entonces, él la había bautizado como ella y ella como él. La última vez que pudieron tocarse fue con la punta de los dedos, cada quien estirándose lo más que podía desde su orilla. Terminaron acostumbrándose a verse cada vez más lejos, más borrosos, apenas unos puntitos blancos que se movían a lo lejos, la distancia era tan grande que el sonido se distorsionaba a la mitad del camino, así, cuando ella le decía te amo el escuchaba te odio. Cuando por fin dejaron de verse o de escucharse, los dos decidieron correr en direcciones opuestas para ver si algún día volvían a encontrarse. Jamás sucedió.

4 comentários:

Anônimo disse...

me gustó, me siento identificado... ja.

Anônimo disse...

Por este medio le hacemos la atenta invitación de visitarnos a nuestra página web y adherirse formalmente a nuestro organización no lucrativa.
atte.
el paralelepípedo

"por una ciencia laica"

Anônimo disse...

Mmm, sí, supongo que así son las cosas. Lo que nunca he acabado de entender es si en realidad así son siempre, ¿no sé si me explico? Estaba buscando una cita de un francesito muy desconsolado (así como yo) sobre algo parecido a eso. No la encuentro. Dice algo así como que el espacio separa las pieles, y que las palabras traspasan el espacio, y que un día las palabras que antes podían hacer eso dejan de hacerlo y más bien empiezan a apestar. Bueno, lo dice de una forma mucho más, no sé, ¿poética? El caso es que no la encuentro y no tengo a la mano el libro. Pero, creo, es algo parecido a esta historia que, espero, no se repite siempre.

Anônimo disse...

yeah

pase a slaudrate y me gusto me gusta cada vez mas

te quiero y te abrazo desde el de efe