segunda-feira, março 27, 2006

LaPueblaDeMisSueños


No parece mi ciudad, aqui todo es más grande, los edificios más altos y las calles más largas, en la calle X con número Y ubicación Z sólo hay tres comercios abiertos, una peleteria donde los adictos compran su activo, una tienda de vestidos para niñas cursis y una tienda de mascotas en la que sólo venden peces muertos que viven en sillones de diseño italiano ( sí, es raro que sean peces y no pescados muertos, y que sean muertos que viven, pero yo sólo cuento lo que vi), el día y la noche se intercalan en cuestión segundos, y si caminas más allá de los límites permitidos por la sociedad, sólo encontrarás calles negras, seres monstruosos, violadores y policias. Para poder salir de Puebla se necesita saber cómo, el camino de ida puede regresarte al lugar donde empezaste: se sigue derecho hasta llegar al edificio amarillo cuatrocientos (porque aqui sólo hay edificios amarillos), y para saber cuál es, hay que contar desde el principio de la ciudad, lo malo es que nadie sabe en dónde está; una vez allí se suben las escaleras, se atraviesa la escuela en la que vive el amante descalzo hasta llegar a la azotea, allí, es necesario caminar hasta la explanada de los cristos o voladores de papantla, si es de día y no está nublado será fácil ver la salida, pero aún así, bajar la explanada y poder huir no es tan sencillo, existen muchas trampas y espejismos que se encargarán de que esto no suceda; la gente dice que a Puebla la trazaron los ángeles y que tiene forma de tablero de ajedrez, pero los ángeles son traicioneros y ganar un partido contra ellos es en extremo difícil. Yo nunca he podido ganar, siempre regreso, termino en el patio de alguna casa en la que nunca para de llover. Muchas veces, cuando crees que por fin eres libre, sigues adentro.

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