quinta-feira, março 17, 2005

El nombre oculto...

Hoy estuve leyendo la biografía de un poeta que desde ayer comenzó a obsesionarme, nunca nadie me había comentado sobre él, nunca había escuchado su nombre, en pocas palabras desconocía su existencia; lo que pasó fue que leí su nombre junto al de alguien más que ya había olvidado, pero que siempre está presente. El punto es que éste poeta decía que todo lo que escribió en su juventud no sirvió para nada, que a fin de cuentas nunca le encontró sentido. También, hoy en la mañana mi maestra de sociolingüística se la pasó la mitad de la clase presionándonos para que escribieramos, que nos iba a a hacer bien, decía. Todo esto me ha confundido más de lo que ya estaba, porque, yo creo que sobre todas las cosas, la gente que escribe lo hace por placer (aunque también por necesidad, pero eso ya es harina de otro costal), y yo, cuando escribo, no siento ningún placer, de hecho, me invade un incertidumbre que me agobia, y de todas formas lo hago,a pesar de los demás, a pesar de mi.¿O será uno de sos placeres invertidos, dolor=placer? Por eso casi no lo hago, y cuando lo hao preferiría que no fuera así, y cuando no lo hago, no puedo dejar de pensar en lo que podría escribir. Supon que es una enfermedad que me puede curar. Mientras tanto, sigo esperando el viernes del hombre rojo.

3 comentários:

Anônimo disse...

Creo que la escritura nunca es placentera, busca el placer pero sólo encuentra goce, o no encuentra nada. Escribir es un acto de frustración, frustración del mundo que se vuelve frustración de las palabras. Cuando escribo compro un litro de Coca, dos bolsas de papas y me arrimo la música más viceral porque escribir sólo me produce insatisfacción y antiplacer, pero aun así vuelvo al teclado satisfecho de satisfacerme en nada.

Alberto Espejel Sánchez disse...

supón también que sólo es divertimento respetado, que esa incertidumbre responde siempre a una necesidad convencional de respuestas que nunca es eso porque terminan anulándose con una buena pregunta -¿qué sigue después de la respuesta deseada?-. supón también que es una soledad compartida, entonces el nombre oculto descansa satisfecho en cada uno de nosotros que nos encontramos de un modo u otro en la terraza de la noche.

Joe Balacci disse...

Suele pasar que cuándo escribes te preocupas demasiado porque sientes o que no se entiendde o que no dices nada (bueno, entre otras cosas), no importa como escribas ni lo que necesites hacer para hacerlo, lo único que importa es la escencia del texto, lo que dejes al escribirlo, así aunque el lector no entienda tal vez sienta lo que tu, y pues a ver cuándo esperas al hombre azul.